miércoles, 2 de diciembre de 2009

Regulación Fisiológica


Las hormonas pueden modular la sensibilidad del sistema inmunitario. Por ejemplo, se sabe que las hormonas sexuales femeninas estimulan las reacciones tanto del sistema inmunitario adaptativo como del innato. Algunas enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso afectan con mayor frecuencia a las mujeres, y su comienzo coincide a menudo con la pubertad.
Por el contrario, andrógenos como la
testosterona parece que deprimen al sistema inmunitario. Otras hormonas, como la prolactina y la hormona de crecimiento o vitaminas como la vitamina D, parece que también regulan las respuestas del sistema inmunitario. Se piensa que el descenso progresivo en los niveles de hormonas con la edad, pudiera ser parcialmente responsable del debilitamiento de las respuestas inmunes en individuos de edad avanzada. A la inversa, algunas hormonas son reguladas por el sistema inmunitario, sobre todo la actividad de la hormona tiroidea. El sistema inmunitario se ve potenciado con el sueño y el descanso, mientras que resulta perjudicado por el estrés.
Las dietas pueden afectar al sistema inmunitario; por ejemplo frutas frescas, vegetales y comida rica en ciertos
ácidos grasos favorecen el mantenimiento de un sistema inmunitario saludable. Asimismo, la desnutrición fetal puede causar una debilitación de por vida del sistema inmunitario.

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